Veinte estaciones,...( la misma querella),
su mágica estrella, oscura en mi humor;
fantasma o visión, (ronda muda en la memoria ),
una absurda ceremonia, noche en vela,...ella y yo.
¿Qué te ata, persuasión?, el pasado es prepotente,
parte y vuelve de su muerte, viaja en formas de ilusión;
dulce aroma opresor, (guardo el luto sigiloso),
¿quién no lleva silencioso, los perfumes de ese amor?.
Un paraje abrumador, vuelve en sueños, (ya difusos),
esos aires van confusos, a la sombra de un consuelo:
Viaje eterno de este ego, siempre abierto, a su ficción.
Tan curioso es el reloj,... él se asoma a los despojos,
algo había ya en sus ojos, (creo), un brillo desertor.
Si fue solo intuición, (tan fugaz aquel destello);
una lógica en lo bello, va en reguero a la emoción.
Tu, (destiempo invasor), si es mi oro aquel desprecio,
¿qué retorna entre sueños, y hoy me colma con su olor?...
jueves, 28 de diciembre de 2006
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1 comentario:
Perfumes que mantienen el alma aromatizada cuando no se desiste de soñar....siempre un gusto transitar por tus versos admirado poeta... mi abrazo
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