jueves, 28 de diciembre de 2006

EL REFUGIO DE ETHEL

Ella vive de prestado,
Ethel mora en un espejo;

Tan cansada del lamento,
tan vejada de implorar.

Esta náusea vincular,
crea jueces entre necios;
los ausentes al desprecio,
tienen pena capital.

Su deceso repentino,
fue otro drama no casual;
la razón de este arsenal,
fue su halo vulnerable.

Burdo agravio detestable,
tonto absurdo sentimiento;
loco y noble testamento,
inmolado en los demás.

Y en sus restos, (el criterio),
vio en la sombra un refugio,
nadie nombra su artilugio,...

¿Quién repara ya en su mal?.

Hoy sus ojos brillan más,
la simbiosis fluye dentro;
desvaríos de un tormento,
que el desorden deja en paz.

La cordura lleva un nombre,
y bautiza un fundamento:

La verdad es un precepto,
que entre dueños viene y va.

Y a sus ojos, como alumbra,
en el modo fue imperfecto,
lo perfecto está en su drama...

Que a la inversa da el compás.

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