jueves, 28 de diciembre de 2006

CUESTA ABAJO

Cuesta abajo va el avaro,
hoy su tiempo expiró.

Y en un trémulo estertor,
tanto ímpetu pedante,
solo goza de un calmante,
usurario en su millón.

Hoy su ego adulador,
a su cuerpo se ha rendido,
la condena es el vacío,
de la herrumbre que juntó.

Su penosa privación,
fue una irónica premisa,
el pasado fue una brisa...

Algo eterno su cajón.

El vetusto opresor,
desertó de su riqueza;
y en la suma de miserias,
a su anemia sucumbió.

Y en lo rancio de su don,
los tesoros no consuelan...
Mil deseos son la huelga,
de su cuerpo en rebelión.

Su grandeza es de señor,
y hoy sin brillo se difama;
su banquete, son migajas...

La sentencia fue un doctor.

¿No intuiste gran ladrón,
que la muerte no negocia?;
¿Que los años no se compran,
y es lo eterno otra ilusión?.

Cuesta abajo va su vida,
la burbuja se esfumó;
y en su efímero sopor,
grita un último deseo:

Una hoguera en su dinero,
(por si el diablo es usurero);
veinte pobres con su duelo...

Cinco dentro del cajón.

Tan vulgar es tu adiós,
como el yugo que te anima.

En la rosa que declina,
las espinas son legión.

¡Ah bendita perversión,
de lo tenues personajes!;
¡tanto efímero linaje!,
¡tanta frívola actuación!.

Hoy la espera es impaciente,
tu indigencia es un adiós.

Y en un juicio sin rencor,
(porque el resto sigue vivo),
goza célebre el bullicio,
con su olvido redentor.

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