jueves, 28 de diciembre de 2006

FLOR DIGITAL

Aquellos barrotes no tienen sustancia,
son parte de un ansia, voraz e inclemente;
sutiles letargos, que arrastran los entes,
en gestos sin calma, en rostros inertes.

El mono enjaulado, con terca ceguera,
purga la pena de un juez inclemente.

Su frágil gatillo no absuelve al incauto,
el tedio es nefasto, la nada lo hiere.

-Impávido autómata de ojos ausentes,
tus cuatro paredes definen la vida,
tu estrecha manía, se imita a la muerte.

Y es tan permanente tu nausea sin pausa,
(usual ceremonia de un roto inconsciente);
que inerte entre muros, clavado en tu silla,
ignoras que el mundo,...siquiera lo advierte.

El simio esta ciego, (¿es plena la luna?),
¿aún gira la tierra?, ¿el hoy es presente?;
su frágil conciente desnudo en invierno,
ve solo en su entierro, la flor y el poniente.

El sol contamina con trazos hirientes,
el aire se inflama con miedo y alquimia.

Su alergia no alivia sin sólidas torres,
y siempre su invento, (que en algo se absorbe),
sucumbe a un desborde de fría energía.

Estigma del hombre que a todo domina,
el digito es guía, y un sueño muy noble.

Ausente a su orden de esencia mezquina,
fue dueño del agua, del aire, (del juego) ,
y en tal desenfreno, bendijo en su trama,
la muerte del alma...

Con flores sin vida.

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