jueves, 28 de diciembre de 2006

PRINCIPIOS DE LA NADA

Un preludio de mañana,
me adelanta su sentencia,
se devora mi paciencia,
y se asocia con la nada.

En la trama de su encierro,
el sopor da el movimiento;
y un forzado pensamiento,
se eterniza en otra pausa.

Orden quieto que arrebatas,
(te adormece en lamentos);
deja mudo al sentimiento,
resignándose a la calma.

Si a su paso queda nada,
algo estalla en un cimiento,
es un grito de escarmiento,
de otra idea sin palabras.

Líneas de Autor

Otra línea me atraviesa,
con hedionda persuasión.

Imprudente conmoción,
(el absurdo sigue vivo);
y este instinto asesino,
muere en fábulas de sol.

Nobles causas del rencor,
y en los otros, el extraño;
un fantasma imaginario,
el peligro,... o el amor.

Nadie dice por favor,
todos hablan de si mismo,
y en su idílico cinismo,
otra línea me cruzó.

Liviandad de corazón,
la mirada es afilada,
bajo el pelo bulle nada,
y en su boca la razón.

Demasiada imitación,
en el circo muta el necio;
yo les niego mi desprecio,
en aprecio a mi intuición.

Y otra línea me atraviesa,
se que es ella, (no fui yo).

Invernal generación:
¿por qué hablas de sentido;
si eres presa en exilio,
aturdida de ese don?.

Tu asesino, corazón,
fue un quebranto de quimeras,
y el espanto, fue una estrella,
tenue luz de la razón.

Yo que amé la inspiración,
al final fue mi querella,
y el presente que me aqueja,
mi constante rebelión.

El tumulto interior,
ve su paz en lo que resta;
las memorias viven presas,
en las fiestas del adiós.

No perdí mi religión,
lo presiento, habrá mutado;
a mi gusto he modelado,
el pecado y el sermón.

La confianza fue un valor,
y un revés de la prudencia,
en su blanco, la inocencia,
en mil llagas se esfumó.

Mi supuesta perversión,
carga el peso de la calma,
si prescindo de otra arma,
es por laxa convicción.

Permanente decisión,
el apuro de los otros,
y el absurdo mira absorto,
la condena en mi reloj.

Muchas veces no fui yo,
y soy tantos como puedo;
a los necios yo les vendo,
ellos compran por mayor.

En los sabios sin patrón,
mi condena es de cretino...

Mi sonrisa es un despido,
resentido en el adiós.

Me deshice del honor,
(mi ramera en la miseria);
¿o tan solo fue otra histeria,
de este ego adulador?.

En mi fe de cuarentón,
la codicia fue un estrago;
el consumo un infarto,
mi fantasma inquisidor.

Y otra línea me atraviesa,
sé que es ella, (no fui yo)

A unos pocos quiero yo,
y con eso es suficiente;
lo demás es remanente,
un vaivén de la ocasión.

La sonrisa es otro don,
antifaz de mis razones,
somos muchos escorpiones,
con inversa convicción.
Si al final no fui doctor,
ni tampoco un desperdicio...

Fue por falta de otro oficio,
y en la nada de otro error,
que un siniestro ejercicio,
hoy bendijo, mi expresión.

ILUSION DE UN PRESENTE

Quien presuma de estar vivo,
(porque todo tiene plazo),
ya padece del atraso,
que le marca su reloj.

La certeza de este hoy,
no es tan solo un aforismo,
pocos viven sin su limbo,
con refugio en el sopor.

Tiempo ausente de un guión,
y una lógica perdida;
zozobrando a la deriva,
viaja en barcos sin timón.

Porque ciega la razón,
y su fábula esta muerta,
con si misma es que conversa,
la inconexa relación.

En su ingrata deserción,
el presente es otra idea;
y el pasado una moneda,
que mendiga su ilusión.

CUESTA ABAJO

Cuesta abajo va el avaro,
hoy su tiempo expiró.

Y en un trémulo estertor,
tanto ímpetu pedante,
solo goza de un calmante,
usurario en su millón.

Hoy su ego adulador,
a su cuerpo se ha rendido,
la condena es el vacío,
de la herrumbre que juntó.

Su penosa privación,
fue una irónica premisa,
el pasado fue una brisa...

Algo eterno su cajón.

El vetusto opresor,
desertó de su riqueza;
y en la suma de miserias,
a su anemia sucumbió.

Y en lo rancio de su don,
los tesoros no consuelan...
Mil deseos son la huelga,
de su cuerpo en rebelión.

Su grandeza es de señor,
y hoy sin brillo se difama;
su banquete, son migajas...

La sentencia fue un doctor.

¿No intuiste gran ladrón,
que la muerte no negocia?;
¿Que los años no se compran,
y es lo eterno otra ilusión?.

Cuesta abajo va su vida,
la burbuja se esfumó;
y en su efímero sopor,
grita un último deseo:

Una hoguera en su dinero,
(por si el diablo es usurero);
veinte pobres con su duelo...

Cinco dentro del cajón.

Tan vulgar es tu adiós,
como el yugo que te anima.

En la rosa que declina,
las espinas son legión.

¡Ah bendita perversión,
de lo tenues personajes!;
¡tanto efímero linaje!,
¡tanta frívola actuación!.

Hoy la espera es impaciente,
tu indigencia es un adiós.

Y en un juicio sin rencor,
(porque el resto sigue vivo),
goza célebre el bullicio,
con su olvido redentor.

MALDITA CONDIXIO

Hombre...

Hoy tu nombre has perdido,
en lo indigno de un legado;
pesa un orden derrumbado,
cuelga extraño el crucifijo.

Tu razón y el sin sentido,
se han fundido en cuestiones;
sus cimientos son prisiones,
de tus libres albedríos.

En tu hambre de sentido,
hoy tu ego no ha olvidado,
las premisas de un legado,
que se ufanan del destino.

Y en la risa hay un juicio,
con el peso de un absurdo:

¿Mora un alma bajo el yugo,
de tu cuerpo primitivo?.

Si entre tantas conjeturas,
eres soma o ser divino,
con revuelo en el sentido,
la respuesta sigue ausente.

Muda sombra convergente,
entre tierra y paraíso,
que entrelaza tus angustias,
a su inerte maleficio.

Bendición de un crucifijo,
que en la cima te ha postrado,
y en tu cuerpo, el desamparo,
vio en la mística un ritual.

En la culpa o en el mal,
la manzana fue inocente;
y en su drama negligente,
no te nombra ya animal.

Y aunque esto lo presientes,
sientes vivo el estertor;
gime oscuro el desertor,
en tu ego que lo advierte.

Virulencia del conciente,
y tu aroma es denunciante.

Sorda grieta difamante,
reprimida en un modal.

En tu alma, (el animal),
fue un primario sacramento,
su intestino escarmiento,
a tu ausente humildad.

¡Deja ya de indagar,
la razón te niega el juicio!

Porque este, (tu destino),
hoy devuelve prepotente,
esa esencia tan hiriente,
a tu ancestra vanidad.

Un esquivo interrogante,
que inquietante desdibuja,
una intrusa paradoja,
en tu aroma y en tu aliento.

Cuerpo y alma conviviendo,
en un lazo sin igual.

¿Quién dice que seas?...

¿Mentira o verdad?...¿falaz fundamento?.

¿Un muerto sin tiempo, que a medio camino,
perdió su destino y osó despertar?;

¿o un alma carnal, proyecto en despojo;
el Dios hecho mono, perpetuo en su umbral?

Tu afán y existencia, son solo acertijos,
secretos vestigios de un sordo ritual.

Si acaso al final, lo cierto, no es cierto.

Hay dioses de viento, detrás de una gloria,
vistiendo de euforia, su gran desacierto...

Y el todo es concepto...de un vil marginal.

PARADOJA

Una brisa de nostalgia,
me sacude del letargo,
es el eco de otro año,
que se va sin un adiós.

La memoria es un reloj,
con agujas muy inertes...

Un fluir indiferente,
paradoja de ese error.

¿Dónde van las maravillas,
y su himno imprevisible?.

¿Es que brillan por ausentes,
o el pasado fue mejor?

¿Como muere el asombro,
bajo un sol indiferente?.

¿Porque vive así esa gente,
a la sombra de un rincón?

LA SALA DEL OLVIDO

EL MUSEO DE UTOPÍA,
ES UN CULTO A LA MEMORIA,
ES LA OBRA DE UNA SOMBRA,
DELEGADA A NUESTROS VIVOS.

SE PRESUME FUE EL TRIBUTO,
DE UN FANTASMA RENEGADO,
QUE HA NEGADO SER DIFUNTO,
POR SU MIEDO A ESTE OLVIDO.

ALGUIEN SUPO DE SU NOMBRE,
ALGUIEN ODIA BIEN SU OFICIO.

YA NO HAY RASTROS, NI HAY SEPULCRO,
NO HAY LEGAJOS, NI HAY ARCHIVOS.

LA VITRINA DEL OLVIDO,
DEL MUSEO DE UTOPÍA,
TIENE UN LIBRO MUY AJADO.

Y UN LEGADO DE ESA SOMBRA,
ES LA IMPRONTA DE ESTE FRÍO.

HACE DECADAS QUE DUERME,
EN LA PIEDRA Y EN EL POLVO;
DONDE ARROJAN LOS ESTORBOS,
EN LA SALA DEL OLVIDO.

POCOS VEN SU CONTENIDO,
NADIE QUISO SER TESTIGO.

CON LA FURIA DEL PREJUICIO,
SIN MAS JUICIO QUE LA PRISA,
FUERON HOJAS DE UN BUEN ÁRBOL,
DESPARRAMO DE UNA BRISA.

TREINTA MIL FUERON LAS OTRAS,
EN UN VUELO DE ALAS ROTAS,
Y A LA IZQUIERDA DE ESE ODIO,
SANGRE A CAMBIO DE JUSTICIA.

HOY SUS BRIOS TAN LEJANOS,
SON QUIMERAS Y OSADÍA,
UN RUMOR EN EL PASADO,
SU SILENCIO A LA DERIVA.

YA NO HAY RASTROS, NI LEGAJOS,
NO HAY ARCHIVOS...YA NO HAY PISTAS.

EN EL FONDO DE UNA SALA,
MUY DEBAJO DEL ESCOMBRO,
SIMULADA POR EL POLVO,
YACE INERTE UNA VITRINA.

SE PRESUME FUE EL TRIBUTO,
DE UN FANTASMA RENEGADO,
QUE SE NIEGA A SER DIFUNTO,
EN LA AMNESIA COLECTIVA.

TIENE UN LIBRO MUY AJADO,
FUE UNA TORPE INDIFERENCIA;
ANESTESIA, LETRA MUERTA
IGNORANCIAY LETANÍA.

YA NO HAY PISTAS. NI HAY LEGAJOS,
YA NO HAY RASTROS, NI HAY ARCHIVOS...

EL MUSEO DE UTOPÍA,
ES UN CULTO A LA MEMORIA,
ES LA OBRA DE UNA SOMBRA,
DELEGADA A NUESTROS VIVOS.

HACE DECADAS QUE DUERME,
EN LA PIEDRA Y EN EL POLVO...
DONDE ARROJA SUS ESTORBOS,
LA MEMORIA ARGENTINA.

COMO SEA

Hoy son diez y siete meses,
de este halo enamorado.

Y entre cales o arena, alegría o desparpajo,
tu mensaje despiadado, (del amor y su calvario);
fue un bautismo inmaculado de pureza estridente,
un temblor intermitente que estremece la razón.

Si es que hoy puedes leer, (Dios sabrá con cuántos años),
y estos párrafos lejanos, se entrometen en tu vida;
en las páginas del tiempo, algo bello habrá pasado.

Yo estaré deambulando, como espero, como es dado,
en tu mismo escenario, como insigne espectador.

Y a la vez, irresponsable, con la paz entre mis manos,
(y en mi tregua con la vida), algo al fin habré enterrado:

Los fantasmas del pasado, hechizados por tu sol.

O tal vez habré partido, y a la vez esté vagando.

Sentenciado en ese limbo donde moran los milagros;
enquistado en tu esencia, reviviendo en tu memoria,
tan distante de tu vida, como atento a tu clamor.

Como dice el soñador, con sus aires de condena,
“convivencias intestinas, entre el alma y la razón”.

Como sea, como es dado, mas allá de todo tiempo,
hay un puente sin palabras, corazón a corazón:

Y es que el tiempo se hizo nada, (mi existencia un borrador),
cuándo muda la intuición, vio esa llama inmaculada:

La derrota de la muerte, confrontada cara a cara,
con el gesto omnipotente, conque abruma este amor.

No soy socio del consejo, aborrezco su intención,
la sapiencia del más viejo, fueron yerros o fracasos,
y a la sombra de otro espejo, sólo claman redención.

Es por eso, que algún día, (tu pasaje sin regreso),
te dirá con insolencia, que el secreto de la vida,
no se halla en un libro, ni en la lengua de los vivos,
ni siquiera en esa mística, de rituales y oración.

Pese a todo,...
como sea, como es dado, yo estaré deambulando,
en tu mismo escenario, reclamando tu alegría;
o en el palco de las almas, indagando al creador.

Y esta sombra de tu historia, rondará en tu memoria,
con mi historia en tu existencia, aferrado a este milagro.
Celebrando en esta estrofa,
tu insolencia redentora.

Desterrando en mi memoria,
lo que ignora de este amor.

SINDROME TRIBAL

Otro insano aprendiz,
galardona su expediente;
hoy su endeble coeficiente,
lleva en alto la nariz.

El prejuicio en esta horda,
guarda pócimas de bruja;
y en su esencia va la aguja,
fundamento en su elixir.

Y es que infecta la matriz,
de un verdugo declarado;
tan preñado esta el marrano,
que amenaza con parir.

Muy detrás de su desliz,
bullen ciertos los desvelos...

Y en su oscuro manifiesto,
raza, credo, casta o sexo,
cierra en círculos de ego,
los amores con su afín.

El absurdo del sin fin,
dio un modelo muy perverso.

Y en un sordo fundamento,
su invisible cicatriz.

La miseria toma forma,
en los egos de un idiota.

Mala yerba de la sombra,
cien mil años de raíz.

ANTIPOEMA

SUELO Y LUNA...ENTRE ELLOS VIAJO YO,
Y NO ES TIEMPO DE CONGOJA,
PUES CONMIGO VA LA GOTA,
QUE REBALSA DE ESTA TIERRA...

CUESTIONÁNDOME POETA,
SI LA GRACIA DE MI LETRA,
NO ES LA TRETA DE MI EGO,
EN CONSTANTE REBELIÓN.

ES POR ESO, BUEN VIAJERO,
(DEL ABISMO INTERIOR),
QUE HOY TE CEDO MI EPITAFIO.

NO EN EL BRONCE, NI EN LA ROCA.
NI SIQUIERA EN TU ORACIÓN.

TE LO DEJO EN LOS MIEDOS,
EN LAS DUDAS Y SU TRANCE;
EN MI ADÚLTERO ROMANCE,
CON LA TIERRA Y CON EL SOL.

YO CONOZCO TU VERDAD,
MI DESPIERTO SOÑADOR.

AUNQUE EL ORO Y LA ORACIÓN,
NO ANESTESIEN TUS SENTIDOS,
SÍ QUE HE VISTO AL EGOISMO,
DESPOJARSE DE SU HONOR.

ES LA HUMANA CONDICIÓN,
EL MENTOR DE TU TORMENTA;
PORQUE MUCHO LA ORNAMENTA,
SU FRUGAL SUBLIMACION.

¡Ya, revuelve los absurdos!, ¡no te encierres morador!...

SI EN TU HERIDA, SU INFECCIÓN,
A LAS MOSCAS IMPACIENTA,
¡PUES RESIGNALES SU FIESTA,
A UN ESCUÁLIDO ANFITRIÓN!.

LA EXISTENCIA ES INCIERTA,
Y SU IMPULSO TAN EXTRAÑO,
COMO EL VUELO DEL INSECTO,
DIBUJANDO LOCAS VUELTAS...

EMULANDO BAJO EL FARO,
A UNA LUNA DE NEÓN.

Y A MI MODO, YO COMPRENDO...

ES HUMANO LO PERVERSO;
Y ES LA SANGRE EN EL OJO,
TU BIZARRO LADO OSCURO.

NOS MOSTRARON EL ABSURDO,
CON PROMESAS DE UN EDEN;
LA RAZÓN FUE SU REQUIÈM,
Y A LA VEZ, EL OTRO ABSURDO.

Y EN MI INDULTO, PESE A TODO,
EN EL LODO SIGO ARANDO,
MI RESGUARDO EN ESTA SOMBRA,
NO ES POR MERA CIRCUNSTANCIA.

LA AUTOCRITICA ES TAN RANCIA,
QUE A UNA ILÓGICA ME ALLANO:

CON LA PRÉDICA HUMANISTA,
EL DESPRECIO POR LO HUMANO.

Y ES ASÍ, QUE A MI MODO,
VEO A UN CIELO ESTRELLADO,
SOBRE UN MUNDO DESTERRADO:

CUERPO Y ALMA ES DEMASIADO,
(PERMANENTE OPOSICIÓN).

ES MEJOR VIVIR DORMIDO,
COMO VIVEN LOS DE AL LADO,
POCOS DICEN LO QUE SIENTEN...

SU SILENCIO, HABLA CLARO.

YO CONOZCO LA RAZÓN,
MI VERDAD, Y TU EXTRAVÍO.

YA ESCUCHE MI CORAZÓN,
YO CONOZCO TUS LATIDOS.

LO QUE ESCONDES, SOÑADOR,
MÁS ALLÁ DE TU CLAMOR,
ES EL SINTOMA OPRESOR,
DE OTRO SUEÑO QUE HA PARTIDO.

¡NO DESPIERTES DEL FUROR,
MI PROFANO INADVERTIDO!;
QUE LA VIDA SE TERMINA,
Y CONTIGO MUERE EL DON.

DEJA UN PIÉ SOBRE LA TIERRA,
PON EL OTRO EN ESTE HECHIZO.

EN TU LETRA ESTA EL DOCTOR,
DE LA SAÑA QUE HAS BEBIDO,
Y EN EL NOMBRE DE TU IDILIO,
ES QUE HOY DIGO, SOÑADOR:

NO HAY SARCOMA COLECTIVO,
QUE SE ATREVA A DAR SERMÓN;
SI EN TU INSTINTO REDENTOR,
GRITA EL COLMO RESENTIDO.

EL RUMOR DE LA PESTE

Alguien quien dijo con su calma...

Ya despunta un nuevo alba, en el África central,
ese cielo hoy es rojo, tiene un tinte de presagio,
la amenaza cunde abajo, (sobre un lecho de miserias);
un gran monstruo se despierta, y su trama es invisible,
se hizo forma lo imposible, bajo el caldo celestial...

El culpable fue un afán, desertor con evidencia.

La instrucción fue manifiesta, (un huraño simio verde),
la mentira fue con suerte, y predijo al fin su treta;
el torrente de la vida fue otro cómplice inocente,
y el silencio mas prudente, calla un luto criminal.

Hay quien dijo sin pesar, “es la peste del hereje”,
un engendro moralista tiene un místico deber;
hoy la herencia del placer, consecuencia del pecado,
comparece en un estrado...meses antes de nacer.

Un colapso en la estadística, fue su número de muerte,
la condena del marica, fue otro anhelo del recato;
y no encubre que el contagio, (la condena de los raros),
no se apiada del pacato, y hace estrago en la mujer.

Y nunca nadie dijo amén...
Un pastor y su porque, baila en ritmos de prelado:

-La verdad y lo sagrado, en un acto trascendente,
hoy libera pobres gentes, de una vida en extravío.

-La condena del impío, fluye dentro de su sangre,
buen veneno de un enjambre, enemigo de la fe”.

-Hay un orden por temer, ¡ha!, promiscua libertad”...

-En el hombre hay un gusano,
y en su nombre, lo profano,
se derrumba ante el daño,
de su gracia singular”.

-La sospecha es fantasmal,
(del extraño al buen vecino),
y hoy se atiene a un nuevo giro,
en su impúdica hermandad.

Y un silencio elemental, ronda inerte en la letrina,
se reparte una jeringa con mortal dedicación,
una gran profanación cobra en vidas su tributo,
y en el caos más absoluto, nadie dijo la verdad.

Muchos fueron de cristal, pocos saben demasiado,
fue mortal su indiferencia, o el interés no declarado.

Que el enfermo siga enfermo, si es el oro del profano;
hay enfermos ignorantes, hay suicidas informados:

Almas sanas sin conciencia...los audaces enterrados!!.

Hoy confiesan su derrota la jeringa y el condón;
sigue invicto el factor, con su máscara invisible,
su quietud imprevisible fue un acuerdo millonario,
en la ciencia hay un milagro, y hoy reserva información.

Y en la misma sucesión, se repite el melodrama,
en mil rostros ve su trama, una idéntica fusión.

Alguien juega al amor con su arma pudorosa,
gatillándole a la rosa, gira enérgico el tambor;
el disparo es silencioso, muy certero, inadvertido:

Ella explota en un gemido, él se imita en otro clon.

“La inconciencia es un garante;
lo que resta de su instante,
fue otra infame persuasión”.

Que el enfermo siga enfermo, si es el oro del doctor...

Hay enfermos ignorantes, y suicidas informados,
los audaces enterrados...mensajeros del rumor.

EL PERFECTO BUFON

Siempre elijo a los amigos,
en mi círculo de fiestas.

Por la estampa de su nombre,
por la marca de su coche,
por el sello de su estirpe,
por el tope de su cuenta.

Y si elijo a mi consorte,
quiero plástico en sus venas.

Dos neuronas, silicona,
su figura en evidencia,
un gran padre argentino,
(tradición con billetera);
un trofeo voluptuoso,
que se exhiba cuándo beba.

Si se colman mis deseos,
ofertando algún amigo,
los negocios, son negocios,
y es preciso estar despierto:

Son cien años de perdón,
y unos pocos con los vivos.

-Ah, de la familia...
¿Quién elige a sus parientes?.

De mi tata no se nada,
su recuerdo es muy artero.

Hay quien dice que está vivo,
-que revuelve basureros,
-que hizo madre a la sirvienta,
-que en el Congo es panadero.

Y mi hermano es un misterio,
(su existencia es mi condena);
puso piedras en mi suela,
y a mi madre en el loquero.

Fue la Doce del geriátrico,
otro impávido desvelo...

Fue una pluma en la palma,
y el legado de mi abuelo.

Si soy sordo, (no soy ciego),
algo intuyo en su palabra,
yo no sé si es por amor,
o mi cuota el sermoneo.

Su presencia es una sombra,
la que siempre me apuntala,
me desviste ante todos,
me revuelca por el suelo.

Solo tengo un anhelo,
(algo fuera del dinero):

Un jocoso epitafio,
una lápida de hielo,
y su busto en una plaza,
pa´retrete del vencejo.

Pese a todo, no me aterro;
los conflictos de la infancia,
justifican mis anhelos,
me protegen de la culpa,
me dispensan de la injuria,
privilegios de un buen nombre...

Maravillas del dinero.

Lo que es mío siempre aburre,
y es que valgo, porque tengo....

Más, no me aflijo por los pobres,
pues mi ego se descarga,
cuándo tiro de la soga...
La que tensa en sus cuellos,
con desguellos del anhelo.

Y en su estúpida templanza,
me presiento omnipotente.

Aunque esconda un impotente,
que se sirve de otros sueños.

YO SÉ TODO, YO CRITICO,
YO SOJUZGO...”YO CONDENO”.

En mi cetro regalado, devenido en verdugo,
soy absurdo y despiadado, un cortés maleducado;
tiburón de un mar oscuro a la espera de su presa,
el del móvil y la agenda, en perfecto disimulo.

Soy patrón de mi piara, un buen amo de la inquina:

Tengo a madre internada, (hay quien dice, sigue viva),
y a mi escuálida consorte, encerrada, (por si acaso),
a la par del viejo escudo en mi trémula vitrina.

Soy el necio con dinero, el magnate de la envidia,
un desvelo de perfidia con remilgos de usurero.

Pese a todo...

Un resabio de amargura me separa de la calma,
mi analista y una bruja, con prudencia me advirtieron:

“Ten cuidado buen señor, del despecho en la alabanza,
esa estampa que te mima, ya no oculta tu secreto,
si por fuera brilla el oro, tu miseria va por dentro”.

Porque esta es mi vida, y en el fango me revuelco,
mis bajezas tienen clase, (y de nada me arrepiento),
la riqueza crea al hombre, lo define por entero,
y aunque a muchos perjudique...es así como la ostento.

MADRE TIERRA

Generosa madre tierra,
yo proclamo tu herejía:

Tantos muerto sin sentido,
tantos vivos, ya sin vida.

Pese al llanto, pese al hombre,
a los pobres, y a la orgía,
a tu falta de cordura,
al mal nombre del amor,
y a sus formas de tormento.

Generosa madre tierra,
sin embargo...
yo proclamo tu herejía.

En los brazos de un amigo,
en la euforia de un buen vino,
en las piernas de una dama,
y en la sorna del bribón.

En tu hermosa melodía,
el tabaco y su calvario,
la mujer de mil encantos,
y en el precio de su amor.

En los ojos de mi niño, su mirada inmaculada,
un te quiero sin palabras, (la pureza consagrada),
una tregua con la vida...mi retorno a la oración.

Es por eso, madre tierra, que proclamo tu herejía,
pese al frío de tus días, y a tu falta de cordura.

Pues tu cruda asimetría,
en un acto intrascendente,
cobra un precio a la alegría,
bajo un manto complaciente:

Otro día diferente,
un milagro alrededor.

ETERNO RITUAL

Dos almas errantes vagan perdidas,
ya saben del tedio, la sed y el cansancio,
del pálido y rancio estar por estar.

Si buscan la vida tentando al agravio,
ya saben que aguarda en otros latidos,
ya saben que existe, y en otro lugar.

Millares de causas sucumben al caos,
se pierde el sentido, se vuelve a encontrar.

Su trama vincula tejiendo al destino,
se ordenan los tiempos, la gente, el olvido,
y en tal desenfreno, se cierra un abismo...

Dos almas errantes,...un mismo lugar.

Rumor de gentío, las luces, y el ruido,
semblantes fantasmas de aquí y de allá,
el sano equilibrio parece dormido,
alcohol en la arteria, vestidos de brillo,
y el vil cigarrillo que insiste en jalar.

Clamor de perfumes compiten sin pausa,
rumor de arrogancia, encierro y fragancias.

Miradas que matan, también que devoran,
y en cada persona la misma discordia,
un mismo deseo,...lo llaman ritual.

Las almas heridas no anhelan el cielo,
aquí en la tierra, y en circos de encierro,
alaban sin pausa al Dios del deseo,
con luces y ruido, a un caos fantasmal.

Si buscan la vida tentando al agravio,
ya saben que aguarda en otros latidos.

Suponen que mora en esos tumultos,
que espera silente en tiesas fachadas,
quizás en los rostros de anónimos seres,
quizás en la calma...de impropio extravío.

LA HORA DEL LACAYO

He visto al avaro pulir sus monedas,
mirar de costado la ajena miseria,
negar la sonrisa con torpe grandeza,
colmar con miseria su enferma codicia.

Tu fea inmundicia se sienta en el pobre,
lo empuja hacia el borde, le roba la risa.

Corrupta avaricia que crea el dinero,
hoy veo tus restos, (vestidos de gala),
en una morada de olvido y silencio.

Tu necia arrogancia se fue con en el viento,
igual que el lacayo, corrompes la tierra,
lo mismo que nada, son polvo tus huesos.

Y he visto a tu dama, de corte perfecto,
clavar una daga de horrible desprecio,
un filo que entierra buscando la afrenta.

Humana letrina de finas rarezas,
tus vagas pasiones...maltratan afectos.

Hay algo en tu estirpe de ancestra impureza,
tu brillo y belleza humillan al resto.

Son ínfulas locas con marca de herencia.
son jóvenes bríos que arrancas del ego,
son nada, (el vacío), tu estirpe perversa.

-Ah, del tiempo profano, el tiempo es de nadie,
el tiempo no cuesta.

Hoy veo en tu talla, un pálido espectro,
los años delatan la mueca en tu rostro;
plagado de marcas, ya poco destaca,
tu ingrata mirada, la trémula ofensa.

Gloria errante, marchita zozobra,
memoria en amnesia de un loco poeta,
imitas con sorna aquello que eras.

Y hoy asemejas, de forma grotesca,
despojos de un brío, la vil marioneta.

Resabio de dama,”estirpe perversa”,
tu gloria declina, tu sangre se hereda,
los ogros terminan, se acaba la fiesta.

Y aquellas ofensas de afán pervertido,
(igual que el silencio de humanas sirvientas),
culminan hediondas debajo del cieno;
igual que al consorte, te aguarda ese hoyo,
tu gloria y sus bríos...

En un metro ochenta.

INFANTICIDIO

Quien no pudiera...volver en el tiempo,
tocar lo intangible, viajar en lo etéreo.

Tomar esas horas, robarles su aliento,
(aquellas de niño), de a sorbos y en trance.

Un viejo legado, de miel y de sueños,
lejano a un presente de ignotos percances.

Fue un día de adulto y atrás en el tiempo,
con ecos de hombre, que el frágil semblante,
quedó en el pasado, dejó de esperarte,
lloró por tu infamia...tu infancia dejaste.

Quien no pudiera, volver a esa calma,
eternos instantes de noches templadas.

La noche arrullaba, tentando a los sueños,
y el sol se marchaba, (decía el poniente),
por miedo a una luna...de parco semblante.

Debajo del mueble rompía el silencio,
a veces vibraba con suaves acordes,
susurros nocturnos de grillos y hadas,
milagro en penumbras, de un mago sin nombre.

El cielo se alumbra con brillo de estrellas,
la vida por bella se colma de encantos,
la vida sorprende, (y es grande la euforia),
la vida es la gloria, es larga,...y es tuya.

-¿Qué arrulla a ese adulto de noche en su almohada?.
-¿Qué sabe de grillos, de estrellas y hadas?.

La ingrata cadena de hastío y desgaste,
golpea en el alma, (y es franco su embate);
las noches sin luna cambiaron los miedos,
hoy rondan fantasmas de carne y de hueso,
a veces son lechos, de pena y de lastre.

Atrás en su templo quedaron las hadas,
el don de lo bello, el grillo y la calma.

Acá en el tiempo perdura una llama,
hay algo en tu alma que vibra en silencio,
y es eso que llora tu trémula infamia.

Cenizas de un fuego que el viento no arrastra,
un dulce lamento de sabia nostalgia.

La esencia sagrada, (tu infancia que llama),
tu esencia de niño...buscando su magia.

FLOR DIGITAL

Aquellos barrotes no tienen sustancia,
son parte de un ansia, voraz e inclemente;
sutiles letargos, que arrastran los entes,
en gestos sin calma, en rostros inertes.

El mono enjaulado, con terca ceguera,
purga la pena de un juez inclemente.

Su frágil gatillo no absuelve al incauto,
el tedio es nefasto, la nada lo hiere.

-Impávido autómata de ojos ausentes,
tus cuatro paredes definen la vida,
tu estrecha manía, se imita a la muerte.

Y es tan permanente tu nausea sin pausa,
(usual ceremonia de un roto inconsciente);
que inerte entre muros, clavado en tu silla,
ignoras que el mundo,...siquiera lo advierte.

El simio esta ciego, (¿es plena la luna?),
¿aún gira la tierra?, ¿el hoy es presente?;
su frágil conciente desnudo en invierno,
ve solo en su entierro, la flor y el poniente.

El sol contamina con trazos hirientes,
el aire se inflama con miedo y alquimia.

Su alergia no alivia sin sólidas torres,
y siempre su invento, (que en algo se absorbe),
sucumbe a un desborde de fría energía.

Estigma del hombre que a todo domina,
el digito es guía, y un sueño muy noble.

Ausente a su orden de esencia mezquina,
fue dueño del agua, del aire, (del juego) ,
y en tal desenfreno, bendijo en su trama,
la muerte del alma...

Con flores sin vida.

PROCLAMA DE NADIE DESDE NINGUN LADO

Ya no hay soles, ni hay penumbras por aquí,
no hay misterios, ni suspensos para no morir,
no hay absurdos que se ufanen, y me hagan reír,
todo es nada, es silencio...

Y es que nada puedo oír.

Ya no hay alguien, esperándome hasta el fin,
no hay disfraces, ni un buen acto para proseguir,
no hay recelos, ni esa angustia, que no tiene fin,
todo es nada, es vacío...

Y es que nada puedo presentir.

Ya no hay rumbo, o una historia donde ir,
no hay pasado, ni esa culpa, que me trajo aquí,
no hay amigos o enemigos que me dejen ser,
todo es nada, solo sombras...

Y es que nada puedo ver.

Ya no hay justos, ni injusticias, (¿que mas da?),
ya no hay oro, no hay miseria, o esa liviandad;
no hay perfidia, ni ese antojo por mi gran verdad,
todo es nada, es ahogo...

Son fantasmas de otra humanidad.

Ya no hay guerras, ni hay conflicto en el diván,
no hay vergüenzas, ni un prejuicio que ocultar,
ya no hay sueños, ni quimeras por crear,
no hay deseos, o una afrenta para subsanar.

Y es que todo lo que había, (de algún modo), se quedó allá...

Aquí...

Alguien es aire,
ser ego o ausencia...la misma verdad,
no sé si es un sueño, un loco extravío,
si es más de lo mismo, o es solo esperar.

Aquí...

No hay otro lugar, (remoto o cercano),
ni un rojo horizonte de tez noche y día,
un vasto sendero, o un sol que abrazar.

Tan solo esta voz, (y esta proclama)...

Viviendo en la sombra, morando entre letras,
y en un mismo eco que nombra el silencio,
amor o memoria, respeto a los muertos.

Que sabe qué lloras, también de que ríes,
bien sabe que existes, y laten tus sueños;
tu vida es valiosa, también su escarmiento.

La vaga nostalgia, añora tu suerte,
y en odio a mi muerte...es este lamento.

PEQUEÑO SOBERANO (Sangre de mi sangre)

Y es que ahora, las palabras no son nada,
una endeble armonía, un esfuerzo por decir.

Hay quien dijo, “todo cambia”: los mandatos de tu ego,
los estigma del dinero, la paciencia, (tu destierro),
lo que dejas en el medio, y todo a costa del placer.

Nueve meses (frenesí), que culminan en la prisa,
medianoche, lluvia y brisa, (la vital incertidumbre),
una euforia se confunde...se fusionan dos amores,
un anhelo con tu nombre, y el milagro de nacer.

Nada pudo predecir del vacío y del silencio,
de lo inútil de los tiempos poco antes de tu llanto,
mucho antes de tu ira, de tu risa y de su encanto,
del halago que es tu vida...y tu ansiado amanecer.

Un destello de tu ofrenda, dio por tierra al universo;
con los pies sobre la tierra, o aferrado a cuál quimera,
todo el mundo dio una vuelta...y se puso a tus pies.

De la nada vino un rey, un pequeño soberano,
en su reino no hay relojes, estaciones o intervalos,
solo un caos estrafalario, mil enigmas, sus dictados,
y la única certeza, que ha llegado un gran milagro,
el legado más amado...embriagado de poder.

Y es que esconde un secreto, en sus ojos, en su ser,
él proclama su poder, sin condena ni avaricia,
su presencia es una brisa que descansa en el amor,
una afrenta al pudor con un todo de pureza,
un revés de la conciencia, más allá de la razón.

Si pudiera conservarte en la gracia de tu risa,
muy, muy lejos del espanto, la comedia y su furor,
rezaría a quien deba, por legarte un fundamento;
y en la roca o en el viento, dejaría tu inocencia,
en regalo a la existencia, en reproche a su dolor...

Y el tiempo fluye, los días suman, las horas pasan...

Otra noche ya sucumbe, invocando al descanso,
dos errantes y su calma no declinan al desvelo,
madrugada y silencio es un tenso bienestar;
algo pronto va a estallar, en su tórrida estridencia,
no es la voz de la conciencia, ni esta torpe ansiedad:

“Es tan solo el universo, el que gira hacia un centro,
porque el rey ha despertado... y no cesa de llorar”.

VEINTE ESTACIONES

¿Quien sabe que ha hecho, aquel veinteañero?,
¿quién dice que ha roto, su torpe pasión?;

Buscando ese aura, rondaron romances,
y en ese percance, busqué su mirada;
la fábula atada a un duelo del morbo,
detrás del escombro,... distinto fue el sol.

Cayeron mil casas, (condenas del tiempo),
pasiones sagradas por fin sucumbieron;
he visto el entierro, su ausente obituario,
y un ánimo huraño...mi plan sucesor.

La casa perdura, se abraza al destiempo,
falaz monumento de piedra y silencio;
maldices con llanto, mil noches de viento,
mimando al destierro, de un ruin morador .

El don de lo iluso, (mi duende inocente),
sellado a su muro, y en ese poniente,
perdió su sentido, bebió lo evidente,
le dijo a su muerte,...”Tal vez lo soñó”.

Y en ese pecado, se unió con el resto,
el frío y su gesto se niega a la amnesia,
le habla de sueños, desviste una hiedra,
y el alma perpleja, no pide razón.

Mi vieja querella, (tu eco es sin voz),
hoy moras sin ella, con veinte estaciones;
distantes guiones, dispersan tu letra,
si el tiempo son huellas...

Intacto es tu olor.

PERFUMES EN SUEÑOS

Veinte estaciones,...( la misma querella),
su mágica estrella, oscura en mi humor;
fantasma o visión, (ronda muda en la memoria ),
una absurda ceremonia, noche en vela,...ella y yo.

¿Qué te ata, persuasión?, el pasado es prepotente,
parte y vuelve de su muerte, viaja en formas de ilusión;
dulce aroma opresor, (guardo el luto sigiloso),
¿quién no lleva silencioso, los perfumes de ese amor?.

Un paraje abrumador, vuelve en sueños, (ya difusos),
esos aires van confusos, a la sombra de un consuelo:

Viaje eterno de este ego, siempre abierto, a su ficción.

Tan curioso es el reloj,... él se asoma a los despojos,
algo había ya en sus ojos, (creo), un brillo desertor.

Si fue solo intuición, (tan fugaz aquel destello);
una lógica en lo bello, va en reguero a la emoción.

Tu, (destiempo invasor), si es mi oro aquel desprecio,
¿qué retorna entre sueños, y hoy me colma con su olor?...

EL SÍNTOMA

Hoy su alma no es la misma,
solo el resto de una historia;
si algo brilla en su memoria,
son destellos de emoción.

Un mal rayo arremetió,
con misterios de un absurdo,
el fantasma fue este mundo;
(sacrificio en su razón).

Fulminado en desaliento,
el derrumbe fue un afecto,
y el temor hizo su efecto,
con parálisis de humor.

Su mirada se nublaba,
y era extraño lo trivial,
sus entrañas fuero plomo;
peso muerto en gravedad.

El terror fue su tirano,
sus dominios...la razón,
y un sofoco prevalece,
con pasmoso escalofrío.

Un constante retumbar,
es un pálpito confuso;
un profuso desespero...

“Algo pronto va a estallar”.

Arrebatos de un pesar,
con miserias en el alma:
En la nada hay una causa,
y depende de un azar.

-Aguijones en idilio,
de un idéntico alacrán.

Y en su guiño a la locura,
la perpetua incertidumbre...

Ese engaño no se encubre,
sin la nausea de su afán.

-Alma ansiosa de suturas:

Otra herida gime abierta,
y en tu sangre yace muerta,
tu endiablada realidad.

¿O es tan solo el reflejo,
de tu pobre valentía,
la premisa, que la vida,
es la humana enfermedad?

Apología de un Anónimo Burgués

El pequeño clase nada,
no se entera de su vida.

Él no es rico ni es miseria,
solo dueño de su inquina.

En su cuna de arrabales,
y entre aires de chimentos;
fue su vida un cimiento,
con desaires de vecina.

Y en el borde de la línea,
rejuntando lo que puede,
con la pompa sin dinero,
se entreteje su desdicha.

Siempre flota en el medio,
no es su afán la osadía.

Mira al rico desde abajo,
mira al pobre desde arriba.

Pobre espejo de una clase,
que no alcanza, ni lo estima.

Rubio encanto de la tinta,
que despinta en su raíz:

Los consejos de una actriz,
son revistas de otra moda.

Tu existencia come lonjas,
bebe ajenas fantasías,
tan mediocre, prejuicioso,
jactancioso, buscavidas.

En sus ínfulas, la risa,
entre absurdos lo delata;
se ensorbese con la marca,
vive a pasos de una vía.

De una clase ya sin guía,
se desprenden sus afanes.

Nunca cuenta con avales,
(solo compra con rebaja),
y en la prenda de su casa,
la apariencia se persigna.

Su compulsa es obsesiva,
él se luce en el “status”;
vacaciones, doce cuotas,
cuerda floja, fantasías.

Y otro plazo que culmina,
lo reprende con insomnio,
en el costo del velorio,
de su gata desnutrida.

Una insignia en el anillo,
fue preludio de su obra;
su anaconda en la bata,
ya muy poco lo resigna.

Los pecados de la moda,
son su angustia intestina,
y esa mueca, hoy se acaba,
otra fábula termina.

Pero un ansia vespertina,
sana el ego resentido;
y en lo absurdo de otro rito,
de apariencia se maquilla.

-Caminante de una pierna,
(trastabillas por la prisa).

Y en tu ansia de hombre rico,
duele el filo de esta astilla.

Hoy tu trémula soberbia,
fue un convite a nuestra risa;
quien desnuda imprudente,
la impudicia en tu desdicha.



“Pichincha”, fin de siglo.

(Rosario, 1920, esplendor y caída
de su barrio prostibulario.)

La memoria y tu quimera,
fue un desvelo del pacato.

Y en tu insulto a su recato,
con escrúpulo y condena,
en el bronce o en la piedra,
quiso un prócer su lugar.

Locos años de opulencia,
de madamas y de juergas,
tan plagados de suburbios;
drama turbio de tu jerga.

Sacramento de un distrito,
del vitral y los espejos,
clandestinos y quilombos,
la pupila, el proxeneta.

Y entre sórdidas bellezas,
fue a la luz del candelero,
que un tumulto camorrero,
le dio vida a tu ritual.

Esplendores de un lugar,
pasajeros de otro tiempo.

Hoy la excusa del progreso,
fue un museo terminal;
en las vías de Sunchales,
los andenes son desiertos...

Mora impávido el silencio,
en la herrumbre de su hangar.

Una feria del destiempo,
vende bártulos sin fecha;
gris de sombra, su epopeya,
fue una fiesta fantasmal.

Esplendores y un final,
de los hijos de tu tiempo;
en las plazas, hoy son viejos,
más de un siglo demorados.

Y en sus cuentos sin asfalto,
jubilados de tu historia,
con amnesias de memoria,
guardan glorias de rufián.

“Pichincha”, fin de siglo.

(Rosario, 1920, esplendor y caída
de aquel barrio prostibulario.)

La memoria y tu quimera,
fue un desvelo del pacato.

Y en tu insulto a su recato,
con escrúpulo y condena,
en el bronce o en la piedra,
quiso un prócer su lugar.

Locos años de opulencia,
de madamas y de juergas,
tan plagados de suburbios;
drama turbio de tu jerga.

Sacramento de un distrito,
del vitral y los espejos,
clandestinos y quilombos,
la pupila, el proxeneta.

Y entre sórdidas bellezas,
fue a la luz del candelero,
que un tumulto camorrero,
le dio vida a tu ritual.

Esplendores de un lugar,
pasajeros de otro tiempo.

Hoy la excusa del progreso,
fue un museo terminal;
en las vías de Sunchales,
los andenes son desiertos...

Mora impávido el silencio,
en la herrumbre de su hangar.

Una feria del destiempo,
vende bártulos sin fecha;
gris de sombra, su epopeya,
fue una fiesta fantasmal.

Esplendores y un final,
de los hijos de tu tiempo;
en las plazas, hoy son viejos,
más de un siglo demorados.

Y en sus cuentos sin asfalto,
jubilados de tu historia,
con amnesias de memoria,
guardan glorias de rufián.

LOS OLVIDADOS

Un anciano mira un cielo,
de consuelos y quimeras,
su plegaria es un desvelo,
y su mirada una oración:

¿Qué ha sido de esa gente,
la de puros sentimientos,
la de sabios pensamientos,
y de humana condición?.

El silencio le responde,
con frustrante sintonía;
en el hombre algo había,
y en el tiempo se esfumó.

La pasmosa perversión,
con suprema herejía,
se contagia en una peste...

Engendrada en las pasiones,
de esta pérfida legión...

Una impúber y su hambre,
se revuelcan en un catre,
con el ogro de su madre,
en el cuarto del bebé.

Hoy mamá está en la calle,
bajo el yugo del verano;
ofertando sus encantos,
en el canje y el placer.

Un granuja se le acerca,
reclamando sus delicias.

Loca hormona de la prisa,
(sin destello en la mirada),
otra infancia resignada,
en su apuro por crecer.

Ella mira indiferente,
rechazando su convite.

“Un menor que se desviste,
lleva penas de tormento”.

Le previno en secreto,
un frustrado cabo raso,
en el baño de un cuartel.

Pero el niño, (mala entraña),
no perdona su memoria,
ve la noria eternizada,
con hedionda nitidez.

Los recados del pasado,
son el peso de una carga,
mala sangre de su alma,
los dibujos en su piel.

Nunca supo quien es quien,
(cada ancestro fue obituario);
y en el morbo de los diarios,
malos hijos del requiém.

Al pequeño rencoroso,
le ha mermado la paciencia,
otro no cierra la puerta,
retumbando en su desdén.

Ya no insiste en el porqué,
(lleva el odio de la calle);
y en su carga difamante,
un despecho por el ser.

Hoy la hoja sin su mango,
se proyecta inclemente.

Mana savia a torrentes.
y su vientre es de mujer.

No hay dolor en el asombro,
la secuencia es puro morbo;
y en el charco de un escombro,
da su último traspié.

Un mugroso vagabundo,
no se espanta del cadáver,
pues maldice su derrame,
lo que ha sido y ya no fue.

Su injerencia dura poco,
un antojo en la burbuja;
la neurona es una bruja,
con agujas en su cien.

Y otra vez el renacer,
su retorno intermitente;
en su blando coeficiente,
ser intruso es un vaivén...

Muchos miran sin saber,
otros llevan feas cargas.

Cruz ajena que no espanta,
sana el propio padecer.

¿Quién es víctima o furia,
en la abulia de esta ley?.

En su efímero corcel,
trota el ángel de los necios,
y su enjambre de preceptos,
calla un mudo testamento.

Sacramento deshonesto,
lava culpas en el ser,
en los ojos que no ven,
un latido es un estorbo.

Y el porqué bajo su escombro,
entre asombros...se hizo ley.

SINFONIA DE SU ALMA

Un reflejo de su alma, se vislumbra en su voz,
tiene un tono muy sereno...tan pausado...seductor,
todos beben de su brillo, todos saben...ella no.

Nada escapa de su halo, de su encanto escrutor,
la sublime discreción se complace en su esencia.

Lo mediocre siempre pesa, otras veces es dolor,
se lastima con lo obvio, con el caos, con el horror,
y abren hondas sus heridas, la profana imperfección.

Muchos aman la mentira, y se visten de razón,
otros muestran su miseria, en el ego, con su voz,
ellos viven su comedia, (la peor de las cegueras),
la fantástica quimera...las delicias de un actor.

Sus latidos lo perciben, su intuición es otro aliado,
la menoría no perdona, y a menudo...es muy cruel.

Y si el mundo, en un punto, gira siempre de revés,
ella colma de elegancia, los desvíos mas vulgares,
la soberbia está en su alma, pero en ella, sienta bien.

¿Dónde guarda, (sin espinas),el torrente cotidiano?...

¿La mentira, los agravios, la nefasta asimetría,
la mediocre osadía...sus principios desgarrados?.

La bajeza de los hombres, todo mancha, todo pisa,
se devoran los principios, se mixturan con la brisa.

Pero hay algo en su alma, un mensaje...(un recado),
sutilezas de un legado que te arrastra con su prisa,
que se abraza a tu alma...y te envuelve con su risa.

La prudencia no es belleza, ni lo bello honestidad,
y ella juega en un misterio, en su esencia, en su azar.

“Natural sensualidad, sofisticada exquisitez,
dos matices que se mezclan en un todo,
dos virtudes que se funden a su modo”.

Armonía de un secreto, la belleza en madurez.

Ello inquieta al imprudente y lo esconde en su voz,
muchos beben del secreto, muchos saben...ella no.

Delicado discurso y el peso de la verdad,
la brutal honestidad, el estigma de su encanto;
la entereza de ser franco, (nada escapa a su condena),
el engaño tiene pena, en su vasta inmunidad.

“La prudente convicción, (confidencia bajo llave),
las ventajas del silencio y su innata comprensión;
compromiso con la vida, con lo bello y el dolor,
asombrada en la maraña, de la ajena condición”.

“El camino más correcto, y el sendero del pudor,
el encanto admirable de las cosa más sencillas,
las pequeñas maravillas, y una pausa en el amor.

El deseo de ser madre y su estigma más sagrado,
lo que el tiempo ha madurado, y el buen fruto del amor.

Son sutiles las aristas que componen su existencia,
y aunque es poco lo que muestra, en sus ojos está el fulgor:

Dos espejos de su alma y el reflejo de su calma,
los que rompen su silencio en disputa con su voz.

Si te afliges del entorno, si no llegas a entender,
y tu vida (día a día), es su péndulo filoso,
acechando tu reposo, animado en un revés.

¿Viste al sol de la mañana, a la noche al fin caer?,
su vaivén es este mundo...

Y en su absurdo...eres quien.

EPITAFIO DE LA ROSA NEGRA

No imagino aquel pesar,
en la nada del mediocre.

Ellos hablan de razones,
con la jerga del insulto;
y en su ego, (algo injusto),
no promete darles paz.

Muy detrás de mi antifaz,
un desierto abrumador,
me promete la distancia...

Elegancia y zona franca,
muy lejana de su horror.

Yo me río de ese honor,
sin el cínico espamento,
por la causa y el efecto,
de mi indulto redentor.

Mi acertada intuición,
la virtud de la osadía;
en la mesa gente linda,
liviandad alrededor.

Y un desvelo adulador,
me vincula con vileza,
a una íntima querella,
de la insana asociación.

Vendo cara esta acción,
al antojo de mi presa;
ofertando mi belleza,
a su rara colección.

Y aunque siembre confusión,
en mi juego soy su regla;
la mentira y la paciencia,
son dos artes en fusión.

En mi pacto, la prisión,
fue un burdel legitimado.

Soy ramera de un cliente,
demorado a largo plazo;
soy su absurdo deseado,
la chismosa voluntad...

Mil amigos, (soledad),
las delicias del halago.

Y el veneno de ese trago,
mi conspicua tradición...
Una herencia y su cajón,
en un círculo marrano.

Rosa negra del deber...

Tu perfume es del caro,
y en la ronda de otro vaso,
con blasfemias en tu tracto,
es que ahogas a tu juez.

Si el dinero todo compra,
rosa negra del desprecio,
no revuelvas con esmero,
los rincones de tu piel...

Lo que huele es tu talento,
y en su aroma virulento,
tu mezquino fundamento,
no simula su hediondez.

ROSA NEGRA

No elegí venir al mundo,
no soy parte de sus reglas,
soy atisbo del demonio,
no soy pobre, ni tragedia.

Soy la estrella del elenco,
la preciada rosa negra;
la que traga los abrojos,
y se beben con el néctar.

Es el mundo esta secta,
de profana absolución,
y en su cínica función,
mi guión está en oferta.

No soy carne del enjambre,
los que comen de la suela,
los que sangran el sustento,
los que moran bajo tierra.

Ellos viven de quimeras,
la plegaria, sus lamentos;
con vergüenza de esperpento,
despojados de esta fiesta.

Yo venero a otro Dios,
al de oro y al de perlas...

El que rige este mundo,
el que absuelve o me condena;
el que encumbra un apellido,
y en vejámenes lo tienta.

El dinero es la materia,
y es la fuerza de mi voz;
prepotente condición,
de mi alma harapienta.

No me aterra su dilema,
ni me culpo por la pena;
ya muy poco me desvela,
de su origen vincular.

Una gracia singular,
con alquímico desborde,
roba lágrimas del pobre,
y hace copas de cristal.

Y en la sangre del tendal,
o en la náusea del consorte,
yace inerte mi renombre:
El antojo es de los nobles,
mi entrañable cualidad.

LAGRIMAS DE RONDA

Veo el aura demacrada,
en su rostro sonriente,
falsa euforia, de lo inerte,
en la pócima endiablada.

Ella carga con su oficio,
simulando dicha y calma;
maleficio de su espalda,
sin remedio suficiente.

Y un suplicio inclemente,
es la llaga de su alma;
su virtud es la palabra,
y afilada su intuición.

En la terca incomprensión,
su consuelo es solidario;
pobres ecos de un sermón,
al humano desencanto.

La fulana y su recato,
(el desvelo insatisfecho);
y un consorte en desaliento,
mendigando la emoción.

En los pobres del millón,
la riqueza y sus desvelos;
su recado es un misterio,
de miserias sin perdón.

Y en la ardua devoción,
rebuscadas contorsiones,
son hirientes decepciones,
de un ausente violador...

Una hormona sin razón,
se declara incompetente;
y en el coito compromete,
su machismo adulador.

Y en su entorno opresor,
una daga en la mirada,
crea jueces de la nada,
con decoro acusador.

-Pobres almas del montón...

Su condena es cotidiana,
llevan odios a su almohada,
y en alquímica descarga,
muta el monstruo represor.

Pudorosas entrepiernas,
sofocadas en la histeria,
su miseria es una idea,
reprimida en el honor.

Ella ignora su perdón,
sabe mucho del estiércol,
en el ego hay un desierto,
y en su arena mora el yo...

Hoy es sólo otra noche,
(vaga insomne la legión);
y el crepúsculo es un sol,
en la esbelta caminante.

La sonrisa por delante,
no delata su aflicción;
algo brilla en esa mueca,
con la oferta de su don.

Y en su braga, el montón,
(los dormidos corazones),
de mil muertes se reponen...

En un cálido desborde,
de machista adulación.

RESTOS DEL INSTINTO

Una esbelta caminante,
se sumerge calle abajo.

Labios gruesos nacarados,
(una ofensa por delante),
la certeza es vacilante,
y su entierro anticipado.

Su perfume no es del caro,
su carisma es denunciante.

Y en su braga difamante,
la promesa de un pecado;
ya no oculta los honores...

Su banquete ha descuidado.

Lo que resta es un acto,
la extorsiva tentación.

Otra puesta de un guión,
con finales de extravío.

Demasiado maquillaje,
noches largas de sudor,
de mañana confusión,
la resaca y su vacío.

Y a la sombra del olvido,
por mandato de un burdel,
su indulgencia de mujer,
calla un luto profanado.

Otro sueño fue robado,
por encargo del tropel...

¿Quien demanda ya su piel,
sin su instinto inmaculado?

VERTICAL ASIMETRIA

Otro asceta de la moda,
vive fábulas de barro.

Su adefesio acomodado,
(en tributo a su estirpe),
hoy declina en el dictado,
de sociales directrices.

Maleficio de raíces, revoltijo estrafalario;
uno solo el escenario...arbitrario en sus matices.

Un eclipse ciega al pobre,
de labores deshonrado;
en un cuento demorado,
con finales sin perdices.

Y en la usura del sustento,
las cenizas de su ego,
son lamentos conformistas,
que en reproches lo maldicen:

Lo que calla esa ira,
otro síntoma lo dice;
sordo vomito en ahogo...

Un legado en sus raíces.

En el borde, (su cornisa),
lo reprende sin consuelo;
empujándolo a ese duelo,
de los sueños con la vida.

Lo que anida allí en el suelo,
son tormentos de memoria;
un cronista con su euforia,
otra historia para el resto.

Y OTRO CABO SIGUE SUELTO...

FANTASMALES PENSAMIESTOS,
RONDAN MUDOS EN LO CIERTO;
LO QUE CALLA ESE SILENCIO,
ES MALDITO LO QUE NOMBRA.

Y EN SU SÍNTOMA DESBORDA,
LA VERDAD EN OTRO APREMIO:

O ILUMINA POR ENTERO,
O ENVENENA CON SU SOMBRA...

Dominado por la euforia,
veo a un niño en la arena;
entre el viento y la marea,
se oxigenan sus sentidos.

Extasiado en el destino,
se corona con la gloria;
y se suman a su historia,
por curiosos, sus latidos.

Y un designio pervertido,
pisotea las conciencias...

Azorado en su inocencia,
otro niño está en el limbo;
su energía es el respiro,
de una guerra intestina.

Su rehén es una herida,
demorada por la ciencia;
y él bendice con demencia,
su contienda clandestina.

Una ausente osadía,
se adormece en apariencias;
tan absurda es su indecencia,
como el sol que la ilumina...

Con halagos a una diva,
(un capricho estrafalario),
complementa su vestuario;
y en su estampa, luce a diario,
la frugal filantropía.

Vertical asimetría,
y una sierva tez castaño...

En la moda fue noticia,
la impudicia de su andrajo;
por el corte de un harapo,
que enarbola su casilla.

En su ghetto, (la alegría),
abrumada en desafíos,
fue restándole sentido,
a las cifras oficiales...

La intención es miserable:
¿Qué estadística es un día?.

Hoy son nueve ya sus hijas,
(papeleo de un estrado).

Bajo vientre que se abulta,
con insulto en su legado.

No simulan los milagros,
la ignorancia y su sentido;
fue por obra de otro vino,
y en su siesta vespertina.

Y a dos pasos de su vida,
huele a rancio la letrina...

La impaciencia no resigna,
los juguetes demorados;
crece el fruto negociado...

Su semilla es selectiva.

Y entre ciencia, fe o milagro,
o en su opuesta maravilla;
los deseos ya no humillan,
con parábolas de humano:

Hoy concibe un preferente,
(del color, al coeficiente);
en la química indolente,
de los tubos y el ensayo.

Y el payaso aún divierte,
nace un loco enamorado...

La comedia mas humana,
hoy ansía un nuevo reto;
y es la tierra el obituario,
de un poeta imaginario.

Vertical asimetría,
de lo bello a lo profano;
y su ajado cuestionario,
se embelese en el azar...

Otro efímero ritual,
este caos equilibrado.

BAJO EL MISMO SOL...

La comedia más humana,
(displacer y algarabía),
hoy ansía un nuevo reto.

Y es la tierra el escenario,
su grotesco imaginario,
quien invita a la herejía.
-En el don de su estadía,
se prometen dar sentencias.

Pues vivir tiene su precio,
y la infamia no distingue,
a quien juega con la suerte,
o al que paga por su vida.

Pero el precio es disperso,
y en su opuesta sintonía;
una forma se establece,
con acordes muy inversos.

“Que la vida es sinfonía”.
y sin tonos tan adversos”...

¿Como juzga el universo,
una hermosa melodía?.

EL REFUGIO DE ETHEL

Ella vive de prestado,
Ethel mora en un espejo;

Tan cansada del lamento,
tan vejada de implorar.

Esta náusea vincular,
crea jueces entre necios;
los ausentes al desprecio,
tienen pena capital.

Su deceso repentino,
fue otro drama no casual;
la razón de este arsenal,
fue su halo vulnerable.

Burdo agravio detestable,
tonto absurdo sentimiento;
loco y noble testamento,
inmolado en los demás.

Y en sus restos, (el criterio),
vio en la sombra un refugio,
nadie nombra su artilugio,...

¿Quién repara ya en su mal?.

Hoy sus ojos brillan más,
la simbiosis fluye dentro;
desvaríos de un tormento,
que el desorden deja en paz.

La cordura lleva un nombre,
y bautiza un fundamento:

La verdad es un precepto,
que entre dueños viene y va.

Y a sus ojos, como alumbra,
en el modo fue imperfecto,
lo perfecto está en su drama...

Que a la inversa da el compás.

RUTINARIO

Sólo restan diez minutos,
una tregua en su reloj.

Y en un rito redentor,
día a día vuelve el salto,
a la trama y al espanto,
de ese abismo interior.

Tres minutos ya le restan,
cuestionando una razón.

Y un impulso detractor,
no declara improcedente,
a la hiriente y sucia llaga,
en su endeble corazón.

Él bien sabe del sopor,
de esta rueda incesante;
su presente es la constante,
de un tictac aterrador.

“Un vestigio de emoción,
presa inerte del instante,
y en la nada de su trance,
la penumbra es otro aliado”...

Incesante cuestionario,
de un destello abrumador.

Inconsciente delator,
que en su rito cotidiano,
va a la trama del fracaso,
en su pérfido interior.

Y en la culpa, su dolor,
fue la saña del pasado,
que no libra de sus cargos,
al ingrato imprudente.

Denunciando prepotente,
al causante del fracaso,
enemigo del mandato,
del consejo y su lección.

Su mundana tentación,
fue jugando en el vacío,
aferrándose a un destino,
a merced de la función.

Y a la suerte se atenía,
con la lógica sentencia,
de la náusea pervertida,
que da vida al soñador.

En el cisma del fragor,
el futuro fue otro diario;
tenues páginas en blanco,
que se llenan con destiempo:

El humano escarmiento,
es su ausente borrador.

El perfecto detractor,
se incorpora con esfuerzo;
el gran peso de su cuerpo,
hiede a rancio delator.

El tirano opresor,
de la aguja y el minuto,
hoy condena sin indulto,
los anhelos de su autor.

Y otro acto de la horda,
en su gracia que desborda,
se resigna en el tumulto,
y en lo negro su humor.

Ya no hay tiempo ni perdón,
solo restan diez segundos...

Muere un alma en el tumulto,
gira absurdo el gran reloj.

MANDATO PREPOTENTE

No temo a la muerte por vil cobardía.

Le escapo a su olvido, le temo a la nada,
me aterra el destierro, (el don que arrebata);
la vida susurra con grito estridente,
y es pese a que aturde, que ansío escucharla.

Le temo al silencio, y es ese su espanto,
hay algo en su canto, (destino que advierte),
la vida es quien calla...si habla la muerte.

Designio siniestro que todo lo arrasa,
oculto misterio que nadie delata,
le robas al tiempo mil horas de magia,
al llanto el consuelo, al ego su talla.

Nada queda tras tu paso...yo condeno tu osadía,
vi mil veces tu herejía despojarse de la culpa.

Vi tu mueca en una guerra, en tu rostro la inclemencia,
tiesa euforia en la desdicha, la verdad omnipotente;
tu amistad con la miseria, tu advertencia desmedida,
los despojos tras tu paso, tu impaciencia en la agonía.

No es mi miedo cobardía, (vi tu rostro entre los vivos),
no le temo ya al destino, ni a las tretas de la suerte,
aborrezco tus designios, lo que robas de la gente,
tu llamado anticipado, tu reclamo sin sentido.

Lo inmutable de tu signo.

Tu mandato prepotente.

SEIS DÍAS DE HEREJE

Un dilema difamante,
ya no cierra en la razón.

Camuflado en el amor,
veo a un asno prepotente,
que por obra de una farsa,
hoy se admite dar sermón.

Como un péndulo que mece,
al vaivén de un detractor,
hay herejes que se atreven,
en la ira de los justos...

...Su conjuro, es un insulto,
que arrebata el corazón.

En su circo, (el deshonor),
tiene un palco sin memoria,
y hoy aplaude con euforia,
al que inmola una oración.

Y en un cisma degradante,
a la sombra de un desvelo,
las heridas de otro duelo,
van colmando sus deseos...

Fue Pilatos un ejemplo,
en la asepsia del honor.

Y el ingenio, que es artero,
se redime en la conciencia,
con inmensa suficiencia,
traga ostia y oración.

El altar así lo exime,
con sagradas bendiciones;
las humanas perversiones,
son rodillas ante Dios.

Seis los días entre hombres,
(son los días del hereje),
y en sus horas se entreteje,
la profana condición.

Curiosa sublimación,
criterios desdibujados;
reclama su sitio en el cielo,
sucumbe al orden mundano.

Y el domingo es un idilio,
la exorcista persuasión;
es que el alma va el retrete,
enjuiciado en el temor.

Es por eso pecador...

Si en tu afán has devorado,
los dictados del amor;
¡pues exime tu conciencia,
de culpables negligencias!.

Son seis días de herejías,
solo en uno está el perdón.

-Ten cuidado impostor,
de tu hermano y de su hechizo.

En la fe y su edificio,
no vislumbro por asomo,
mixturadas cabelleras...

La reñida cremallera,
de la blonda y el mestizo,
carga un vínculo postizo,
en la espalda del sermón.

Es por eso, buen pastor,
si en tu prisa, el confesor,
es doctor de tu dolencia,
tu piedad es una treta.

O en tu alma esta la grieta,
donde mora el camaleón.

ANESTESIA EN EL SOFÁ

DOS RELÁMPAGOS DE MUERTE,
HOY SACUDEN UN LETARGO.

ENTERRADA EN SU LEGADO,
DE DORMIDA EMOCIÓN,
VE SU OBRA, LA LEGION,
EN PANTALLAS DE ESCENARIO.

APOTEOSIS EN LOS DIARIOS,
Y UNA GRAN CALAMIDAD.

DETRACTORES O VERDAD,
YA NO PIENSAN EN RAZONES,
TEMEN, LLORAN, RIEN, COMEN,
ANIMADOS EN FRACCIONES,
DE PANTALLA Y REALIDAD.

ES LA NORMA DEL TENDAL,
SU ANESTESIA INDIFERENTE,
QUE ADORMECE SU PRESENTE,
DESDE UN COMA NEURONAL.

EL SOFÁ ES UN DIVÁN,
(TIENE OJOS MUY AUSENTES);
Y EN SU IMPÁVIDO ESTERTOR,
VE DE LEJOS EL HORROR,
DE UNA AJENA HUMANIDAD,
EN ESCOMBROS, HUMO Y MUERTE...

EN SU TIERRA, BARRABÁS,
TIENE ÍNFULAS SUICIDAS,
Y UN RELÁMPAGO HOMICIDA,
QUEMA EL AIRE DE BAGDAD.

NADIE SUPO RECORDAR,
QUE EL PREJUICIO Y SU AFAN,
EN LA EUROPA DE LA MUERTE,
FUE SIMIENTE DE UNA PESTE.

UN DESAGIO PREPOTENTE,
BAJO EL SÍMBOLO RAPAZ.

SU TIRANO COEFICIENTE,
HA PERDIDO LA DECENCIA:
HOLOCAUSTO POR PUREZA,
CAZAN HOMBRES AL AZAR.

Y EN SUS RESTOS INDIGENTES,
UNA MUECA YACE INERTE;
LA ADVERTENCIA MAS HIRIENTE,
QUE LA MUERTE DIÓ A LA PAZ.

EL BALAZO AL PRESIDENTE,
DIO POR TIERRA SU ARMONÍA,
Y EL SOFÁ CON IRONÍA,
SE CUESTIONA IRREVERENTE;
SI CALCUTA ES UNA INDIA
O HIROSHIMA FUE CIUDAD.

FIN DE SIGLO ES LIVIANDAD,
SU MISERIA ES DIFERENTE.

DEVENIDO REFERENTE,
DE LA OBCENA VANIDAD,
¿ES ELMUNDO, MÁS ALLA,
UN MUSEO DEL ESPANTO?,
SE PREGUNTA SU REBAÑO,
CON PERDIDA IDENTIDAD.

MÁS QUE NUNCA EN EL SOFÁ,
LA LEGIÓN ESTÁ DORMIDA,
CON PANTALLA Y REALIDAD,
EN FICCIONES CONFUNDIDA.

MIENTRAS TANTO, TODO GIRA,
SIEMPRE UNO ES EL TIC TAC.

YA MUY LEJOS DEL CRISTAL,
GRAVES ROSTROS DE PAVOR;
MARCHA FÚNEBRE, FERVOR,
PESTE Y GUERRA FRATICIDA.

EN AMÉRICA LATINA,
EL ETERNO DESERTOR;
DICTADURA O DEMOCRACIA,
UNA MISMA LA HEREJÍA.

Y EN LA AUSTERA SOCIEDAD,
RETROVIRUS MORALISTAS,
DEJAN CLARO QUE AL PECADO,
NO LO CURAN LOS SERMONES,
SIN LA CEPA EN LA JERINGA.

FORMIDABLES CREACIONES,
LA VIRTUAL TECNOLOGÍA,
EL DERECHO DE UNOS POCOS,
(SUS COSTOSAS MARAVILLAS).

PARA EL RESTO DESDE LEJOS,
UN FOLLETO EN EL CAJÓN,
YERBA MATE BAJO EL SOL,
CIENO Y ODIO EN UNA VILLA.

Y ES QUE DIGO, PORQUE ERRAR,
ES UN ACTO TAN HUMANO;
LO SUBLIME Y LO PROFANO,
SON UN ACTO DE IGUALDAD.

HOY EL CÉLEBRE DISFRAZ,
DISTORSIONA LA PANTALLA;
UNA BALA FUE LA HONRA,
(BLANCO FÁCIL DEL OLVIDO),
DE UN ANÓNIMO MENDIGO,
PREMIO NOBEL DE LA PAZ .

NADIE QUISO SU VERDAD,
YA MUY POCOS SE CONMUEVEN...

LA ANESTESIA INDIFERENTE,
DE ESTA AJENA HUMANIDAD,
CON LA ABULIA DE UN SOFÁ,
COBRA UN PRECIO AL MEDIOCRE.

Y EN EUFÓRICO DESORDEN,
TEME, LLORA, RIE Y COME.

ANIMANDO DOS FRACCIONES,
DE PANTALLA Y REALIDAD.

CONTIENDA SILENCIOSA.( Los Otros )

Todos nosotros...

Toleramos un discurso, a cambio de un elogio,
aceptamos la infidencia, con un aire de maldad.

-“Confiàme un desvelo, pues prometo no contarlo,
en mi oído proletario, sangra el chisme irracional”.

-Háblame de un sueño, yo tan solo pienso en algo,
llórame miserias, confíame un clamor,
porque yo, (que mucho te aconsejo),
poco sé de lo que hablo...

-Menos sé de tu dolor.

-Mostràme ese interior, yo me río de ese engaño,
hablemos de tus credos, de tus miedos atrapados,
que mi rostro es una piedra, (lo es también mi corazón);
son fachadas de atención, las que ansían tu ventaja,
nada creo en tu mirada, por austera y entrenada,
y si hay algo en tu palabra, no confío en su intención.

-Pero hay algo en la sospecha, (y es aquel mi buen garante),
ya callar no cuesta nada, yo te juzgo y te condeno,
ya tomé de ese veneno...ten cuidado de tus actos.

-Si en su forma insospechada, la revancha es mi deseo,
sólo ansío un epitafio, tras el muro de tus muertos.

-Mis pesares, tus deseos...tus pesares, mis deseos,
mala puja de ambiciones, de codicia y tentación.

-Son palabras en el viento, y otro oscuro indicador,
pues tu vida es tu vida, (y si en ella yo no entro),
sólo queda esta distancia, un estorbo del momento,
lo más necio de esta lucha, y las causas del dolor.

-Yo no creo en tu pudor, ese ahogo del deseo,
lo que guardas en silencio, tu mirada lo delata,
somos viento y hojarasca, (un reclamo desde el ego),
todos somos más que menos, interés y vanidad.

-Hay quien tiene honestidad, (quien se esconde tras un velo),
siempre hablamos de moral, de prejuicio y de anhelos,
y en la trama silenciosa de intenciones y misterios,
la verdad y el detractor...huele a un mismo sermoneo.

-“Hay quien mira con recelo las delicias de tu dama,
hay quien trama en silencio despojarte sin piedad;
quienes odian tu alegría, tus honores, sus bajezas,
quienes buscan tu presencia, en procura de su afán”.

-“Quienes aman lo que tienes con mortal resentimiento,
procurando tu escarmiento, malversando tu verdad.
-Difamando lo que piensas, condenando tus anhelos,
desvirtuando tu palabra, celebrando tu derrota;
vieja falla ciega y rota, de una pobre humanidad.”

-“Hay mediocres ya sin vida, que pululan en la sombra,
ellos callan esos logros que iluminan a tus horas;
los que gritan tu defecto, los que viven de la horda,
pues su ego sólo engorda en insultos a otro nombre,
y en su ignota pequeñez, viven fábulas de moscas”.

-Todos ellos son los hombres, y su gracia más odiosa,
todos ellos, y nosotros, nuestro lado más oscuro;
todos ellos, lo intuimos, nunca somos...son los otros,
todos ellos y nosotros, damos nombre al absurdo,
todos ellos y nosotros...

En contienda silenciosa.

ECOS DE VULGAR SABIDURIA

Otra alma desde el frío,
hurga el filo de su edad;
ya arreció el vendaval,
(su legado es permanente).

Queda el sabio y su presente,
inmolado en la verdad.

Milenario aquel ritual,
se embelese en lo profano,
con su acorde despiadado,
disonando en el tendal.

Ya en sus pies de pedestal,
mana sangre de la llaga;
y es su gracia resignada,
a una insulsa dignidad.

Hoy el hombre doblegado,
es quien grita sus razones;

Son sus años de cuestiones,
distorsión y claridad,
su profana ligereza,
el espanto que lo aqueja...

Y los ecos más vulgares,
de su humilde vanidad:

“Si el destino es arbitrario,
(cuestionado en un refrán),
su amistad con el suspenso,
lleva el peso de una regla:

En su lógica se aterran,
los principios de igualdad”.

“Para algunos se destina,
la desdicha que se ensaña,
poco engaña una mirada,
resignada en la humildad”.

“Y a sus hijos de cristal,
los pervierte un paraíso,
tan ausente al sacrificio,
como ajenos a otro mal”.

“La existencia es un tictac,
y en esencia, fluye injusta;
en los hechos se disgustan,
los teoremas de la paz”.

“Y un pecado se degusta,
en el mero contemplar...
La tragedia, (y los demás),
son efímeros consuelos”.

“En los días más arteros,
con la sangre de lo ajeno,
dan alivio al desespero,
y una tregua a su pesar”.

“En exceso suele hablar,
quien divulga sus virtudes,
irritantes inquietudes,
de su inerte vanidad”.

“Confesión intrascendente,
su falencia es racional;
intrusión y enfermedad,
de los necios coeficientes”.

Sucia llaga en la mente,
obstinada en vanidad”.

“La codicia es del afán,
su mas caro consejero.

Ella enseña que el dinero,
custodiado con recelo,
cría cuervos carroñeros,
con un aire familiar”.

“La soberbia es un mendigo,
dormitando en sus heces;
yo en su peste, vi mil veces,
percudirse la hermandad”.

“Y aunque hable la verdad,
siempre flota en una duda.

Una suerte al necio ayuda;
y en el arte de engañar;
hay quien sabe enfermar,
o con lágrimas simula”.

“Su egoísmo es otra gula,
en su esencia mora el mal”.

“Si la intención es elevarse,
pisoteando a los ingenuos;
distorsión de sentimiento,
garantiza impunidad”...

Con dudosa claridad,
es que sigue la función;
y la vida, la que fluye,
en la misma sintonía...

Pues repite su armonía,
en exacta sucesión.
Su justo rencor, tal vez le recuerda,
que sólo la vida, (que ha sido vivida),
es muda respuesta, humano dilema...

Y el tramo que resta, su sueño mejor.

Sus palabras, ya no son,
un asombro del momento,
ni otro inútil pensamiento,
de vulgar premonición.

La ingrata función, (su eterno epitafio),
le impone decretos, devora sus sueños,
lo entierra en la masa, lo arrastra a su paso.

Y en un solo acto, dibuja su risa:

La mueca del hombre, el don del payaso,
la culpa de un fiasco...pidiendo perdón.

HERRAMIENTA INMACULADA

Torpe gula de intereses,
sorda trama en el poder...

La moral relame a Quién,
con frugal filantropía;
y en su canto, la herejía,
cobra vida en este Edén.

¿Quién se atreve a dar porqué?,
si hoy el dogma mora inerte.

Todo medio es conveniente,
en su mística intrusión;
invisible en su prisión,
goza en coma el coeficiente.

La neurona flota inerte,
reina abúlico el sermón.

Y una iglesia dice adiós,
en la muerte del rebaño,
su gobierno, en desengaños,
fue prontuario de la fe.

Un camello, quiso ver,
tras el ojo de una aguja.
Hoy es Roma, la que puja,
por la fama del averno,
sustentada en el diezmo,
de un oscuro canciller.

Los horrores del infierno,
van al cielo en burbujas,
con miserias, (fue esta turba),
el terror de lucifer.

Y en el arca de Noé,
reina ingrávido un mareo;
su premisa fue otro velo,
que se ha ido en un porqué.

“Que festeje el moribundo,
(ser impuro en renacer),
tu dolor es un deber,
resignado en el absurdo”.

¡Calla pronto, vil infundio,
del cadalso y la extorsión!;
en tu nombre, el temor,
tiene aromas de romance.

Y si el trance, (es tu arte),
hoy despierta difamante,
en la euforia de este hereje,
las razones de otra fe:

Lo perverso del instinto,
el deseo sin su sombra,
egoísmo que hoy desborda,
en alivio a tanta sed.

Es por tanto, (herramienta inmaculada),
que hoy condeno en mi espanto,
tu discurso sobre el llanto,
sustentado en un poder.

Tu promesa es un deber,
que se sirve del dolor,
un legado detractor,
que da lógica al tormento.

Y en honor a mi verdad,
tu malsano testamento;
sobrevive, pese al modo,
a la sombra de la culpa.

Fuente oculta de escarmiento,
a los ruegos de un tropel.

RAMERA DE ESTRADO

El pequeño letrado,
va indigesto en el espanto,...

En el circo del juzgado,
son sus aires manifiestos,
otro grano en los desiertos,
de la norma y su ficción.

Postergado en el amor,
(hijo ignoto de un prontuario),
hoy un Dios estrafalario,
teje el cuento redentor.

Y en su amnesia, el rencor,
de un olor se ha enamorado;
nauseabundo e ilustrado,
duerme un sueño adulador.

Tu codicia es un señor,
y en la pompa vio el desvelo,
la razón fue un entrevero,
prisionera en el favor.

De tu miel, fabulación,
nacen muchas necedades,
enmascaras con piedades,
luces trajes de ocasión.

Triste niño atormentado,
sueño ingrato de la sangre;
en tu trama llora el hambre,
y hoy renace en un ladrón.

Gime impávido el doctor,
(contra todos arremete),
y si poco lo arrepiente,
no es por falta de pudor.

La serpiente busca el sol,
en las charcas de los pobres;
sus tertulias con los nobles,
le advirtieron de ese horror.

Hoy su luna busca el Don,
y en las leyes, lo presiente;
se resiente este enjambre,
proclamado en opresor.

El pequeño gran doctor,
va sediento de venganza,
vaga enfermo de elegancia,
hoy su sastre es el doctor.

Y una historia que repite,
abre un nuevo intervalo;
en su elenco está el letrado,
difamado en su guión.

La condena o el perdón,
son rameras de mercado.

Y el mendigo en el estrado,
su grotesca insinuación.

PRESAGIO DEL BUEN HOMBRECILLO

El pobre hombrecillo,
no aspira a ser nada...

Se aleja del borde,
lo esconde su madre,
se apiada del hombre,
y escupen sus gafas.

Contiene el aliento,
en nada destaca,
despierta cansado,
su píldora falla.

Le pesa la espalda,
se ríe a destiempo;
el miedo es alergia,
sensible a su rabia.

Su vida no empieza,
el tiempo no alcanza,
por fin desespera,
e insiste en la calma.

Se inflama en reproches,
no duerme de noche,
se llama al silencio... se asocia a la nada.

El buen hombrecillo,
deplora su muerte,
la ira se invierte,
se tuerce la vara.

El necio y su orden,
vomitan su cara,
lo caro del sueldo,
define su tara.

Ajeno a su drama,
gatilla un revólver,
su nombre es desorden,
la idea es su bala.

Debajo del fiasco,
asoman dos caños;
el hambre de daño,
son egos con náusea.

Y el buen hombrecillo,
no olvida sus gafas,
el miedo, la noche,
su alergia, la farsa.

Hoy algo culmina, (concluye un acorde),
la sombra del borde, su entierro en la calma,
el necio y la orden,...el peso en su alma.

ECLIPSE

La centuria que culmina,
fue un romántico desvelo;
su premisa, otro anhelo,
de una terca sucesión.

Sacramento en desamor,
religiones sin conciencia.

Y un legado de tus sabios,
hoy sucumbe a la evidencia;
su ilusión fue mas perversa,
con la ciencia en la razón.

Fantasmal asociación,
¿donde velan tus honores?.

Y es que ahora, todo hombre,
se halla en guerra silenciosa;
lado oscuro que hoy endiosa,
con la sombra de otro orden.

Un crepúsculo sin nombre,
fue la prole en su legión.

Es por eso, buen pastor,
que en lo turbio de tus dones,
hablan alto los sermones,
de la odiosa vanidad.

El eclipse de tu paz,
fue la cura de un anhelo,
y su golpe más certero,
en regueros, fue al diván.

Tan ignota es tu verdad,
como sorda es la pregunta,
pues tu gracia mora inmunda,
la frugal banalidad.

Y su esencia, el rapaz,
en la herrumbre vio un consuelo,
la conciencia fue entrevero,
nacimiento de un ritual.

¡Gran silencio sepulcral,
hurgas hondo en la llaga!,
duele el dedo de la nada,
llora en drama irracional...

Tan inmenso es el disfraz,
Tan artero es tu defecto.

Ignoto en legados,
tu tiempo es sin tiempo.

Al hombre seduces,
lo duermes despierto,
y en mil pensamientos,
le robas la paz.

Perdida entidad,
el juicio es suspenso,
lo vasto del cielo,
no mora en el cielo.

Tan solo es reflejo,
del ego y su empeño,
hurgando en lo eterno,
de un sabio silencio...

Que ha hecho del sueño,
un simple mortal.

EL SUEÑO Y LA RAZON

EL SUEÑO Y LA RAZÓN

Generosa madre tierra,
hoy proclamo tu herejía.

Tantos muertos sin sentido,
tantos vivos, ya sin vida;
pese al llanto, (pese al hombre),
y a tu rostro indiferente.

Fea mueca de una afrenta,
que etiqueta con cuantía,
(en la nada y en la orgía),
una amarga insinuación:

Tu infinita vocación, de banal alevosía.

A mi lógica impotente,
y a tu falta de cordura;
la razón es otra duda,
tu atributo más hiriente.

La existencia es un precepto,
de un ingrávido aparente;
viaje errante a un mismo evento,
de la nada, hacia a la muerte.
Generosa madre tierra,
(sin embargo),... yo proclamo tu herejía.

En los brazos de un amigo,
y en la farsa cotidiana;
en la euforia de otro vino,
o en la sorna del bribón.

En la heroica persuasión,
de tus varios comediantes;
su sonrisa imita a un arte,
guerra sorda a su dolor.

Noble humana conmoción,
no resurges de la ruina,
sin la tregua con la vida,
que se teje pese al modo.

El vestigio de un asombro,
escondido entre el polvo;
en la herida, y el escombro,
de este ignoto corazón.

Es por eso Madre Tierra,
que proclamo tu herejía;
pese al frío de tus días,
y a tu falta de cordura.

Pues tu cruda asimetría,
en un acto intrascendente,
cobra un precio a la alegría,
en un sueño complaciente:

Otro día diferente,
un milagro alrededor.



SOMBRAS DEL EDEN

Un vacío omnipotente,
es mi parte más humana,
lo que restan son las armas,
que maquillan la intención.

Tu camino hacia la luz,
se vincula con lo etéreo;
acertijos entre sombras,
de un romántico desvelo.

Y en la historia, un elenco,
hace gala de un suspenso,
un misterio con candado,
bajo el signo de la cruz.

“Yo deseo ese reino,
yo proclamo salvación”...

Y a la vez el pensamiento,
que no calla sus premisas,
no tolera los contrastes:

Sabe amarga la miseria,
hiede a rancio el sermón.

Así es que digo...

Un banal predicador,
a la sombra de su claustro,
vive fábulas de barro,
amparándose del sol.

Y es que afuera, el terror,
es la prédica del hombre;
un milagro prevalente,
de la humana religión.

Más acá de su cajón,
un refugio aterrador,
crea negros paraísos...

Y en la píldora el abrigo,
de las almas sin patrón.

Aguijón tras aguijón,
se envenena mi memoria...

El dinero no es un don,
sin su innata xenofobia;
y en su fábula de gloria,
el amor es otra oferta...

Calculada preferencia,
con demanda y postor.

Un cadáver junta polvo,
esperando en su sillón;
y en su prédica, el doctor,
lleva en alza su negocio.

El letrado y su socio,
no se aterran suficiente;
el cliente fue impaciente,
y hoy reparte comisión.

Un perverso asesino,
es el héroe de la masa,
loco cúmulo de almas,
que devora el hastío.

Inconsciente colectivo,
los adictos al sopor .

En su efímero dolor,
no se enteran de su vida;
su mayor benefactor,
vive en medio del olvido.

Y el ingrato espectador,
lava lágrimas de culpa;
galardón“Honoris Causa”,
premio Nóbel al suicida.

Si un atroz predicador,
vio en la guerra otro arte,
en mis ojos difamantes,
la demencia es otro don...

Genocidio y destrucción,
son el oro del magnate.

Su miseria crea esclavos,
y en su lógica de orates,
con venenos residuales,
es que imparte bendición.

Si esta náusea fuera amor,
(no tan solo letanía);
sin grotesca cobardía,
juzgaría lo innombrable.

Sin la culpa miserable,
de esta cínica armonía ;
sin tu cómplice sonrisa,
imitándose a la mía.

Es por eso dulce fe,
que hoy condeno tu osadía,
en el nombre de lo muertos,
en el nombre de la vida.

Yo no sé de paraísos,
de promesas, o castigos.

Yo no sé si eres refugio,
o tal vez un artilugio;
privilegio de un recurso,
salvación...o cobardía.

Desconozco tus designios,
mi razón no lo comprende,
y en un péndulo trivial,
los sentidos se entorpecen...

Porque ansían redención,
más allá de esta vida.

Y a la vez alrededor,
un desierto casi inerte,
crece y crece sin pudor,
devorando a los ilusos.

Y en el cisma del horror,
hacen sombra los herejes.
Buenos hijos de este tiempo,
(lo peor de nuestra especie).

Y el museo de la infamia,
hoy marchita en el olvido.

Tanto instinto asesino,
pervertido y detractor,
lleva un aire redentor,
con aromas de letrina.

Y otra vez la tiranía,
la insanía, el sopor...

Un principio de conflicto,
y otro sueño aterrador,
van dictando estas letras.

Yo no sé si es alabanza,
un refugio en la palabra,
o la ira de un hereje,
en la duda y el error.

Pero el nombre del amor, tu mensaje de esperanza,
fue apagando su fulgor, en un eco que no calla:

Lo que han visto estos ojos,
lo que dicta el pensamiento,
trance inerte del silencio,
precio artero en la razón.